- 21 Setembre, 2016
Controlar la ira
Enfadarse no sólo es normal sino también es necesario. El problema aparece cuando nos enfadamos y de forma muy frecuentemente. Por este motivo, es importante es saber gestionarla y expresarla.
Una situación que para mí no provoca ninguna emoción, para otra persona puede ser un motivo importante para sentir ira. Este proceso es debido a que las emociones están relacionadas con los pensamientos, es decir, cada persona tiene un conjunto de pensamientos asociados que se convierten en unas emociones u otras.
Nos podeos encontrar delante de dos tipos de situaciones que nos generen ira; situaciones frustrantes y situaciones aversivas.
Entendemos como situación frustrante aquella en que se nos corta la consecución de un objetivo que teníamos fijado. También nos genera frustración la transgresión de normas y derechos. Aquellas situaciones en que nos tratan injustamente nos generan mucha ira. Y finalmente, cuando esperamos una recompensa (lógica para nosotros) y esta no aparece.
Las situaciones aversivas son aquellas experiencias desagradables que propician la ira, expresando conductas agresivas. ¿Pero qué pasa cuando la ira nos domina? Cuando nos enfadamos por todo y todo nos molesta entramos en un círculo vicioso en que cada vez sentimos más ira, y se vuelve imparable controlarlo.
La comunicación es una herramienta vital para poder expresar y liberar nuestra ira. De lo contrario nos convertimos en bombas de relojería, a punto de saltar en cualquier momento.