
- 14 Abril, 2016
Inteligencia emocional
Hablamos de todas de aquellas habilidades emocionales que entran en juego cuando percibimos, asimilamos, comprendemos y regulamos nuestras emociones con tal de conseguir un equilibrio emocional completo.
Alrededor de este concepto han opinado y han escrito multitud de autores, y cada uno de ellos aporta una vertiente nueva a la inteligencia emocional. Ahora bien, hay ciertos parámetros que podemos considerar similares en todos ellos:
Nuestras propias emociones, es decir, la capacidad de controlarlas y la comprensión de nosotros mismos.
Gestión de emociones, tomando consciencia de nosotros mismos, debemos de tener la capacidad de gestionar nuestros sentimientos en determinadas situaciones en qué estas vienen dadas.
Automotivación, es decir, ordenar las emociones en función de la consecución de objetivos.
Las emociones de los demás son también un aspecto importante de nuestra inteligencia emocional, ya que tan importante es conocer y saber gestionar las nuestras propias como interactuar con la de las otras personas. Y en este contexto destacamos la capacidad de manejar las relaciones con nuestro contexto social.
Pero hoy os contaremos cuales son los hábitos que tiene que adoptar una persona emocionalmente inteligente:
-Reconocimiento de los sentimientos propios y de los demás: tenemos que tener empatía con las personas con las cuales nos relacionamos y ponernos en su sitio para compartir las emociones. Eso nos dará más información de las personas y nos ayudará a conocerlas y a poderlas ayudar en los casos que así lo precisen.
-Expresión de las emociones y pensamientos propios: una persona emocionalmente inteligente expresa aquello que siente y lo hace con la intensidad justa sin dejarse llegar por la emoción del momento. Domina al sentimiento y no a la inversa.
- Personalidad firme que no se dobla ante una opinión o una ofensa y saben bien diferenciar entre hechos y palabras. Y de una crítica hacen una crítica constructiva.
- No tienen miedo al error, y cuando lo hacen obtienen un aprendizaje en lugar de sentirse atacadas por la equivocación. Son capaces de perdonar y pedir perdón. Son proactivas en la búsqueda de una solución.
- Saben que la perfección no existe; sus expectativas son mucho más reales.
- Son personas que valoran su salud y por ello, se cuidan mucho: buena alimentación, ejercicio físico regular, horas de sueño suficientes y de calidad. En resumen, buscan su bienestar.
- Son personas tremendamente positivas. Buscan la parte positiva en todos aquellos asuntos que llevan entre manos.
- Buscan compañía de personas positivas y alegres. Evitan aquellas que son toxicas en su vida.
- Valoran aquello que tienen. No se fijan tanto en aquello que querrían tener pero no consiguen sino que valoran positivamente todo aquello que han conseguido.
- Son claros conocedores de sus debilidades y trabajan para destruirlas, quien mejorar y potenciar sus valores.
- Son activas y proactivas y no reactivas. No esperan que algo pase, hacen que pase.
Todos estos hábitos nos harán conseguir una estabilidad emocional completa y por tanto, ser más felices, desenvelejar nuestra inteligencia emocional y ser emocionalmente más fuertes y sanos.
¿Y tú, ya eres emocionalmente inteligente?