• 07 Setembre, 2016

¿Perfeccionismo u obsesión?

El ritmo diario y el actual contexto laboral hace palpable una exigencia de uno mismo cada vez superior, siendo más perfeccionistas. Nos planteamos objetivos más complicados que alcanzar y lo queremos hacer aquí y ahora. Y en ocasiones esto no es posible. Y aunque todos queramos ser perfectos, alcanzar la perfección puede ser no tan bonito como parece, y conllevar más problemas que ventajas.
La persona que persigue la perfección suele tener tendencia a pensamientos muy estrictos siendo consigo misma excesivamente dura. A veces este comportamiento puede derivar en ansiedad y sufrimiento.
La perfección puede empezar como un cumplimiento minucioso de planes previamente establecidos y poco a poco, ir evolucionando en una perturbación mental causada por una idea fija, es decir, una obsesión.
Los psicólogos opinan que el perfeccionismo está íntimamente relacionado con la falta de confianza y seguridad. Las personas que viven obsesionadas con el perfeccionismo sienten una gran presión para que todo se lleve a cabo según lo previsto y nunca están satisfechos con los resultados obtenidos. Siempre les parecen poco, nunca tienen suficiente. Y es aquí cuando progresivamente va creciendo la exigencia y el grado de perfeccionismo acrecienta la idea de fracaso personal.
Y aunque parezca una cuestión puramente psicológica, la salud física también se ve fuertemente afectada, ya que las personas perfeccionistas son propensas a sentirse mal, sufrir problemas de sueño y fatigas. La idea del fracaso les aterra. Sin embargo, cada persona somatiza con una dolencia diferente; el estrés a uno le afecta al estómago y a otros, la cabeza.
Este problema si no es tratado a tiempo puede agravarse y terminar en un trastorno obsesivo compulsivo.
¿Cómo podemos rebajar nuestro grado de perfeccionismo?
Lo primero que debemos entender que las cosas son como son, es decir, que muchas cuestiones no recaen en nuestra mano y debemos aceptarlo tal y cómo es. Eso no significa que no tengamos que esforzarnos por hacer bien las cosas y alcanzar nuestros objetivos pero en muchas ocasiones no podemos tener las cosas aquí y ahora. La paciencia debe de ser una actitud que se debe de conrear para dar buenos frutos en nuestro comportamiento.